El conflicto como factor de crecimiento

En algunas ocasiones se recomienda generar el conflicto para lograr liberarse de una situación de sometimiento, por poner un ejemplo. En este caso el conflicto es liberador y por lo tanto no es negativo.

Joaquín Samayoa y José Luis Guzmán aportan acerca del tema del manejo del conflicto. Estos autores citan al menos 6 funciones positivas del conflicto:

1. Promueve o refuerza la identidad de los grupos.

2. Refuerza la cohesión interna de los grupos.

3. Fomenta la consciencia de las cosas en común y acerca a los beligerantes (los protagonistas del conflicto).

4. Establece o mantiene un equilibrio del poder.

5. Promueve el desarrollo de interaciones útiles con otros.

6. Estimula el desarrollo de sistemas equitativos de prevención, manejo y solución de conflictos.

Estos 6 aspectos sólo ocurren si el conflicto se resuelve de manera positiva. Entendiéndose que se trata de conflictos de tipo interpersonal, intergrupal e intragrupal.

Como ya se ha dicho el conflicto es inevitable, forma parte integral del desarrollo de la persona, es constitutivo al ser humano y por tanto aparecerá siempre en la vida. Entonces es de suma importancia estar preparado para enfrentar esos conflictos de forma adecuada, para seguir creciendo y lograr la madurez psicológica según la edad que se esté viviendo.

Las ocho etapas según Erick Erickson son las siguientes: 

Primera etapa, infancia: confianza contra desconfianza 

Esta se inicia justo al nacer. Si el conflicto se resuelve favorablemente, es decir,se resuelve a favor de la confianza, se desarrolla en el ser humano un sentimiento de esperanza. Esto afirma que el resultado de que el bebé encuentras que sus demandas alimenticias y de vida son resueltas adecuadamente en el momento oportuno y en la medida correcta. Si esto no  llegara a suceder el conflicto no se resolverá adecuadamente y el bebé crecerá con algunos trastornos psicológicos.

Segunda etapa, primera infancia: autonomía contra vergüenza y duda

El niño desarrolla las habilidades motrices relacionadas al desplazamiento (caminar). Desprenderse voluntariamente del apoyo físico que le proporcionan los objetos que le sirven para mantenerse seguro y no caerse, forma parte esencial de esta etapa. Desprenderse y poder desplazarse libremente hará que se resuelva adecuadamente esta etapa, permitiéndole el parecimiento a la voluntad.

Tercera etapa, edad de juego: iniciativa contra culpa

Esta etapa ocurre entre los 3 y los 5 años de edad. El niño experimenta la necesidad de la autonomía de una manera más enérgica, sus juegos están caracterizados por mucha actividad física e imaginativa. Si esta etapa se resuelve hacia la iniciativa producirá en la psicología del niño la determinación; pero si no se vuelve adecuadamente, entonces la culpa de apoderará de todas las actividades en la que el niño se involucre, incluso en ej juego y el aprendizaje escolar.

Cuarta etapa, edad escolar: laboriosidad contra inferioridad

Esta etapa se describe como "un aprendiz del arte de aprender las tareas de la edad adulta". En otras palabras, el niño se va preparando para enfrentarlos diferentes papeles que caracterizan la vida adulta y esto se aprende en el ambiente escolar. Si el niño resuelve a favor de la laboriosidad desarrollará la competencia. Si por el contrario, el niño no logra la laboriosidad, entonces desarrollará un sentimiento de inferioridad ante sus iguales  y posiblemente una visión de rechazo y marginación del mundo social y laboral.

Quinta etapa, adolescencia: identidad contra confusión de papeles

La "búsqueda de la identidad", es decir, ser capaz de responder a la pregunta de "¿quién soy yo?", va a ser la principal tarea del adolescente, aunque se prolongará a lo largo de toda la vida. La mayor dificultad para el adolescente radica en que aún es un niño en algunos aspectos; pero presenta algunas necesidades que caracterizan al adulto, aún es dependiente, pero en algunos aspectos se espera que actúe con independencia. Ya es sexualmente maduro, pero incapaz de satisfacer libremente sus necesidades sexuales.

Al resolver adecuadamente este conflicto se da paso al aparecimiento del sentido de fidelidad. Esta fidelidad se manifiesta en la elaboración de compromisos a largo plazo.

Sexta etapa, estado adulto temprano: intimidad contra aislamiento

La intimidad en las relaciones humanas es uno de los grandes logros del desarrollo y de la  madurez humana; sin embargo, no todos son capaces de lograrlo. Al resolverse adecuadamente este conflicto se desarrolla en la persona el amor.

Séptima etapa, estado adulto medio: generatividad contra estancamiento

Esta etapa comprende, aproximadamente, de los 25 años a los 60 años de edad. La generatividad se refiere a la necesidad de trabajo y afecto sostenido y productivo.

Resolver este conflicto adecuadamente, es decir hacia la generatividad produce el sentimiento de cuidado. Significa que se alcanza tal grado de madurez, que la persona ya no se preocupa por sentir que se le cuida, sino que ahora es capaz de renunciar a ese nivel de comodidad y seguridad y puede dedicarse a cuidar a alguien más que no sea sí mismo. Ya esta listo para el matrimonio y la crianza de los hijos: puede cuidar de su cónyuge y de sus hijos y, llegado el momento, de sus nietos.

Octava etapa, estado adulto tardío: integridad del ego contra desesperación

Abarca de los 60 años a la muerte. Es la perspectiva más integradora de la personalidad. Desde el punto de vista de Erickson esta etapa sería como el gran premio de haber resuelto adecuadamente las etapas anteriores. Por tanto, no debe verse como una etapa desolada, triste y fría. Si el conflicto se resuelve adecuadamente, se produce la sabiduría. 

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