Técnicas que desarrollan aptitudes y conductas saludables

Autoimagen 

El líder debe ser líder de sí mismo, en primer lugar, y deberá preocuparse por construir un autoconcepto saludable, antes de pretender guiar a otros hacia objetivos y metas de beneficio colectivo.

En parámetros de salud mental la apariencia debe ser "limpia y ordenada, acorde a su edad".

Ahora hay que cuidar un aspecto determinante, esa buena apariencia de presentarse "limpio y ordenado" no debe ser un disfraz que sirva para ocultar un mundo psicológico caótico y conflictivo.

De nada serviría el mejor papel de regalo del mundo, ni la mejor chonga, ni la tarjeta más hermosa con las palabras más bonitas, si el regalo consiste en ¡huevos podridos!

Por eso también hay que cuidar el vocabulario, el aroma corporal, la combinación de colores de la ropa, el aseo de los zapatos, etc.

Hay que desarrollar la capacidad de observación y así descubrir que esos elementos son totalmente válidos para la autoimagen. Así aquellas personas que cuidan de su imagen y cuidan esas nociones de equilibrio y orden son vistas como más seguras, más atractivas, más deseables, de mayor credibilidad y confianza, son más fácilmente elegibles para eventos importantes y hay una mayor tendencia a creer en lo que ellas dicen.


Asertividad

Pues bien, un líder debe tener la capacidad necesaria como para poder ejercer control de las situaciones que regularmente enfrenta. Pero esto no significa una constante confrontación, lucha o polémica para poder resolver la situación en una negociación GANAR/PERDER.

La palabra asertividad se deriva del latín assertum, que significa afirmar. De modo que esta manera, y referido a la personalidad, indica afirmación de la propia personalidad, confianza en sí mismo, aplomo, vitalidad pujante, comunicación segura y eficiente.

La persona asertiva no se queda de brazos cruzados esperando que las cosas sucedan, esperando que las cosas mejoren. Al contrario, la persona asertiva está en constante acción haciendo (no esperando) que las cosas sucedan e involucrando a los demás en la acción. Para lograr esto ha sabido contagiarlos de su entusiasmo a tal grado que lo demás sienten como propios los proyectos que se les proponen, y también asumen como propios los objetivos y la metas que se le plantean.

Además la asertividad le da visión adecuada para saber en qué momento se ha equivocado y le permita la energía necesaria para reconocer su error y enmendarlo.


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